El título del disco, “30”, es una referencia a la edad con el que lo comenzó a componer, hace tres años, en un momento en el que la vida de la intérprete de “Hello” no era más que desazones.
Hace poco, esta artista inglesa que vive en Los Ángeles, confesaba a la revista Vogue la redención y catarsis que le dio este nuevo disco.
“Con 30 años mi vida se hundió sin previo aviso”, contaba Adele. “Tengo la sensación de que este álbum es primero autodestrucción, y después autoreflexión y autoredención”.
También es una respuesta a las muchas preguntas de su hijo Angelo, que pronto tendrá nueve años, al divorcio de sus padres y la herida que ello generó.